Uno de los mayores anhelos del humano es alcanzar la
felicidad, sea lo que se pretenda ésta sea. Me viene a la mente una vieja
película protagonizada por Will Smith y titulada The Pursuit of Happyness,
misma que nos permite divagar sobre si es la felicidad una meta o un camino. Éste es
un debate que tiene mucho camino por delante, al final, todo dependerá de la
perspectiva de cada persona y qué concepción de la felicidad le genere mayor
satisfacción (aunque suene un tanto hedonista). Lo cierto es que ya sea que
veamos a ésta como un destino o bien una actitud ante la vida, diversos
estudios neurocientíficos han dejado plasmadas ciertas nociones que bien vale
la pena tener presentes.
Felicidad y música:
Un estudio de la Universidad de Groningen (Países Bajos)
valoró la influencia que la música tiene sobre los individuos, llegando a la
conclusión de que el tipo de notas que escuchemos será proporcional al estado
de ánimo que nos domine. Si eres de los que gusta escuchar música alegre,
posiblemente vayas por el mundo mostrando tu cara más sonriente, en cambio, si
gustas más de la música deprimente, existe mayor probabilidad de que veas al
mundo a través de una lente impregnada de melancolía.
Felicidad y género:
Otros estudios de las Universidades de Ulster (Irlanda) y
Cambridge (Inglaterra) postulan que el género es un factor determinante para
valorar nuestra tendencia a ser felices. Los niños suelen ser más felices que
las niñas (claro, si pensamos que sus juguetes son figuras de acción que
promueven en gran escala su imaginación con personajes llenos de superpoderes,
mientras que a la niñas desde pequeñas les piden conformarse con el típico
juego de té o el rol de ama de casa con el nenuco que no hace más que llorar).
De igual manera aseguran que, conforme avanza nuestra edad, las mujeres suelen
llevar la bandera de la felicidad hasta aproximadamente los 47 años, edad en
que el hombre nuevamente vuelve a ser más feliz que la mujer. Algo bastante
claro es que los expertos en estudios de género verían grandes estereotipos en
esta valoración de la felicidad.
Felicidad y televisión:
¿Eres de los que ve televisión la mayor parte de tus tiempos
libres? Según la Universidad de Maryland (USA), las personas que dedican mayor
tiempo a esta actividad tienden a ser personas más infelices, mientras que
aquellas que lo dedican a actividades sociales, culturales y recreativas son lo
contrario. Aquí tienes una razón más para no ver tv.
Felicidad y experiencias:
Animarnos a experimentar situaciones nuevas que tengan un
impacto positivo en nuestra vida es uno de los mejores incentivos para mantener
un estado permanente de felicidad. De igual manera, apreciar lo que tenemos nos
permite sentirnos satisfechos con nosotros mismos.
Felicidad y calidad de vida:
Expertos de la Universidad de Nebraska (USA) con base en diversos estudios afirman que el grado de felicidad y satisfacción respecto a nuestras vidas tiene un impacto directo en nuestro estado de salud. Una persona que padece estrés constantemente ve alterado su sistema inmune, lo que le ocasiona padecimientos de enfermedades crónicas. Apuesto que de ahora en adelante lo pensarás dos veces antes de fruncirle el ceño al mundo.
Fuente: Universia Costa Rica
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